Bilbao - El presidente de la CEOE, Juan Rosell, aboga por el despido libre siempre y cuando “haya necesidad de reestructuración” en una empresa, aunque en todo caso “tiene que regularse bien” y contar con una legislación “clara y concreta”. La idea es limitar el papel del juez, que sus decisiones sean lo menos interpretativas posible y que el magistrado se limite a analizar si la empresa cumple unas condiciones preestablecidas para despedir sin indemnización a su personal.

Así lo aseguró Rosell ayer a preguntas de los asistentes al Congreso Nacional de Empresarios de Transporte que se celebra en Toledo, donde a la pregunta de un patrono sobre “cuándo el despido libre”, afirmó que en la sociedad en general, en España y en Europa “no se está por la labor”.

“Tiene que ser posible el despido pero tiene que regularse bien y estar claro, no en manos de un juez. Al juez se le tiene que dar que si la empresa cumple [los requisitos] A, B, C, y D, sí [se puede despedir sin indemnización], pero que no tenga problemas de interpretación”, aseveró. Esta materia, afirmó, tendría que “regularse bien” y “estar muy claro”, para lo que propuso realizar los cambios oportunos en la legislación española para que esta sea “muy clara, muy concreta, muy fácil de interpretar y que no obstaculice el funcionamiento de las empresas”.

En este sentido, apostó por dotar a los jueces de los instrumentos necesarios para que no tengan que interpretar la legislación y se les ofrezca unos supuestos muy claros en los que una compañía puede despedir sin ninguna traba.

“No pongamos más problemas al juez de los que ya tiene”, afirmó Rosell, quien insistió en la necesidad de que “la realidad del día a día sea legalidad porque ahora la legalidad está bastante lejos de la realidad, especialmente la de las pymes”, opinó.

Mejora en la economía Rosell reavivó de nuevo uno de los fantasmas de la crisis, la reclamación de los empresarios de tener las manos libres para el despido. Lo hizo reconociendo que el planteamiento no tiene mucho recorrido. No lo tuvo cuando la economía caía por el abismo, y tampoco ahora que la situación mejora.

En esa línea, Rosell destacó que, “tras unos años muy duros”, ahora comienzan a verse “datos positivos”. Así, se refirió a los “espectaculares” datos de las exportaciones, por encima de Francia y de Italia, y del aumento de la creación de empresas. Con ello, señaló que España camina hacia un cambio de tendencia y auguró que entre 2016 y 2017 esta será “de superávit o no déficit”.

No obstante, apuntó que hay que continuar realizando reformas, pues según advirtió “los países que no hagan reformas irán al declive” y “los que las hagan irán hacia adelante”. - DEIA